lunes, 29 de marzo de 2010
Radiografía de los cañaverales
Representantes de empresarios azucareros y funcionarios del gobierno dominicano presumen de una zafra 2010 muy prometedora. De lo que ni siquiera hablan es de cambiar las miserables condiciones en las que viven y trabajan los cortadores de caña.
A pesar de que los precios internacionales del azúcar se han disparado y de las consecuencias en el país provocadas por la crisis económica mundial, el nuevo nicho de estímulo para su producción azucarera, estimada en más de 530 mil toneladas, es Haití.
Tras el terremoto del pasado 12 de enero, el país vecino demanda de República Dominicana una buena parte de su abastecimiento de productos, incluyendo el azúcar, negocio controlado prácticamente por compañías privatizadas que producen miles de toneladas de azúcar y que exportan, en más de un 40%, a Estados Unidos.
Estos grandes consorcios “sacan partido” de las necesidades de los inmigrantes haitianos, a quienes imponen, en la mayoría de los casos, pésimas condiciones sociales y laborales que generan desgaste físico, emocional y el creciente descontento entre la población de los bateyes.
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